Ciudades a 20 minutos, así es el nuevo Cronourbanismo

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Que la pandemia ha modificado una gran cantidad de rutinas que teníamos interiorizadas en nuestro día a día no es ningún secreto para nadie. Cuando todavía nos encontramos inmersos en ella, son muchos los análisis y los estudios que comienzan a publicarse que ahondan sobre las consecuencias que el Covid-19 va a tener en nuestras vidas, más allá de la influencia directa a nivel de salud.

El urbanismo, como una disciplina que siempre ha tenido una relación directa con el contexto que nos rodea, ha sido una de las primeras esferas en adaptar los cambios a los que nos hemos visto expuestos. El Cronourbanismo, como la ciencia que analiza el tiempo que desperdiciamos entre nuestros trayectos, se ha convertido en una de las tendencias que mayor impacto han tenido.

Redefiniendo nuestro modelo de vida
El Cronourbanismo basa su esencia en la capacidad con la que cuentan las ciudades para redefinir el estilo de vida con el que contamos en la actualidad. Se trata de plantear un cambio de vida en el que todo se centra en identificar cuánto es el tiempo que dedicamos a la movilidad. Una vez tengamos ese dato, debemos cambiar todas las pautas que pueden permitirnos reducir el mismo al máximo.

La vida urbana, según esta perspectiva, se basa en seis atributos: vivir, trabajar, hacer compras, conseguir bienestar, educarse y divertirse. Estas necesidades son básicas para el urbanismo. Por lo tanto, para poder llevar a cabo una mejora en nuestra calidad de vida todas deberían poder satisfacerse en un perímetro reducido de distancia y de tiempo. En concreto, este tiempo se estipula en una cantidad que oscila entre los 15 y los 20 minutos.

Esta cantidad de minutos se estipula en base a la cantidad máxima de tiempo que las personas están dispuestas a caminar para satisfacer sus necesidades. Situándose en, aproximadamente, una distancia de 800 metros.

Potenciando la economía local
Entre las múltiples ventajas que se desprende de esta nueva forma de entender la realidad que nos rodea, es su capacidad para mejorar la economía local, a través de una estructura social y urbana basada en distancias que apenas alcanzar el kilómetro de distancia, el comercio local se encuentra situado en la punta del iceberg, como una de las mejores fórmulas para asegurar el éxito de este nuevo tejido urbano.

Una de las grandes consecuencias que se han desprendido de la pandemia ha sido la necesidad con la que el negocio local ha contado para recibir apoyo por parte de sus vecinos. Cambiar nuestros hábitos de compra, siendo mucho más sencillos de llevar a cabo en comercio de proximidad, va a ayudar de manera notable al crecimiento de nuestra comunidad en perspectivas económicas.

El Cronourbanismo se ha encargado de situar las bases para establecer los cambios a nivel social que necesitamos. Consolidándose como una de las mejores opciones para lograr la mayor eficacia en todas nuestras acciones.

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